Familia




¿CÓMO FORMAR HIJOS DELINCUENTES?
Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida, así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece. 
No le de ninguna educación espiritual, espere que alcance la mayoría de edad para que él pueda decidir libremente.
Cuando diga palabrotas, celébreselas, esto le animara hacer más cosas graciosas.
No lo reprenda nunca, ni le diga que está mal algo de lo que hace, podría crearle complejos de culpabilidad.
Recoja todo lo que él deja tirado, libros, zapatos, ropa, juguetes, hágaselo todo, así se acostumbrara a cargar la responsabilidad sobre los demás.
 Déjele leer, todo lo que caiga en sus manos, cuide de que sus platos, cubiertos y vasos, estén esterilizados, pero deje que su mente se llene de basura.
Dispute y riñe a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día que la familia quede destrozada para siempre.
Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.
Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres, el sacrificio y la austeridad, podría producirle frustraciones.
Y por último, póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos o amigos, piense que todos ellos, tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

Educar a los niños con el ejemplo. Educar en valores
La familia es una escuela para todo tipo de aprendizaje


El ejemplo es la mejor herramienta educativa con que cuenta la familia. La familia es escuela de vida y los padres, educadores naturales. La familia brinda desde el nacimiento los estímulos que satisfacen las necesidades emocionales, al tiempo que se garantiza el desarrollo psíquico y físico de los pequeños. En la familia se adquieren el lenguaje, la afectividad, la identidad personal, las primeras destrezas musculares, así como el estilo convivencial básico. Las relaciones estrictamente personales que se establecen entre padres e hijos constituyen la fuente principal de la que emanan los aprendizajes emocionales, sociales y morales.

Los conocimientos, habilidades y actitudes se ofrecen tempranamente en el seno  familiar en gran medida a través del ejemplo. Aun sin pretenderlo, el comportamiento de los progenitores aparece ante los hijos como referencia o base de su conducta. De forma espontánea los padres se presentan como modelos.
El ejemplo es uno de los mejores instrumentos con que cuentan los padres para ejercer la tarea profunda y compleja de educar. La ejemplaridad de las acciones tiene gran impacto en el niño, especialmente en la forma de organizar la realidad y en el acercamiento a los otros y a cuanto lo rodea. La seguridad o temor, el optimismo o pesimismo, las actitudes y valores, el modo de relacionarse, el tono vital, etc., dependen en buena parte de lo que durante la infancia se haya observado e imitado. El aprendizaje por vía del ejemplo es sustancialmente distinto a la enseñanza escolar, muy dependiente de la programación.
Frente a las clases teóricas del colegio, el niño en casa observa el comportamiento de los padres que, por cierto, tiene un mayor impacto formativo que las recomendaciones verbales que ellos mismos puedan hacer. El ejemplo benéfico que los padres ofrecen a los hijos se reparte en tres modalidades interdependientes:
- el trato interpersonal, a menudo concretado en la cortesía y cordialidad que presiden las relaciones familiares
- el porte, en el que se incluye 
la higiene, la postura, la corrección al hablar, la disposición, etc.
- la utilización de materiales, sobre todo en lo concerniente al orden y cuidado de los enseres del hogar.
Valentín Martínez-Otero Profesor y Doctor en Psicología y en Pedagogía


RELACION DE PAREJA


Los cinco límites que se necesitan para un matrimonio efectivo. Deben establecerse límites sanos para poder proteger el matrimonio y colocarlo en una posición tan fuerte como sea posible.

Encontramos límites todos los días de nuestra vida: señales de alto, semáforos en rojo, dosis de medicamentos, reglamentos deportivos, expectativas laborales, los 10 Mandamientos y la lista sigue y sigue. Los limites son cosas BUENAS porque nos ayudan a comprender como mantenernos sanos y salvos en diferentes situaciones. Hay límites – tácitos y hablados- prácticamente para cada aspecto de nuestras vidas, inclusive para su matrimonio 
Aun aquellos que no saben mucho de deportes, saben que existen ciertas reglas en un juego y que no es “bueno” si un jugador incumple las mismas. En el béisbol, un lanzamiento o picheo no es bueno a menos que pase justo sobre el plato de bateo. En un juego de futbol, no puedes marcar un gol a menos que el balón entre justo bajo los tres palos. Mantenernos dentro de los límites es extremadamente importante si queremos que un equipo anote o mejor aun, gane el partido. Y pasa  lo mismo en su matrimonio.
 Como pareja debemos establecer limites para proteger la integridad de nuestro matrimonio. Es vital que estemos de acuerdo en lo que a esto se refiere. Tal como cuando nos toca criar a nuestros hijos, debemos presentarnos a ellos como un frente común de límites establecidos para aquellos a nuestro alrededor de forma tácita y hablada.

Deben establecerse límites sanos para poder proteger el matrimonio y colocarlo en una posición tan fuerte como sea posible.

Entonces, ¿Qué limites debemos establecer en nuestro matrimonio?
Para responder a esta pregunta debemos revisar que actos consideramos que “traspasan los límites” en nuestro matrimonio. Aquí hay 5 límites importantes que los cónyuges DEBEN EVITAR TRASPASAR  para tener un matrimonio fuerte:
1.- Hablar negativamente de nuestro cónyuge con otras personas, incluyendo a miembros de nuestra familia.
Si tenemos un problema con el otro, debemos abordar estos problemas de forma directa. Nada bueno saldrá de que vayamos con nuestros amigos y familiares con un problema que realmente debemos resolver con nuestra pareja. Esto no quiere decir que no podemos tener personas en nuestra vida con las que podamos hablar de nuestro matrimonio. Pero debemos tener cuidado de COMO hablamos de nuestro cónyuge y QUE decimos de ella/el a otras personas, especialmente a nuestros familiares.
Debemos comprender que es extremadamente duro para nuestra sangre olvidar las cosas negativas que les hemos dicho acerca de nuestros cónyuges. Nuestros padres, hermanos, primos, tíos no necesitan saber cada detalle de nuestras diferencias conyugales.
El matrimonio es ya lo suficiente complejo como para añadirle dramas familiares, así que de verdad no necesitamos agregarle más dificultades. Debemos ser muy prudentes de nuestros tonos y palabras. Además, está MAL hablar de cualquier persona…especialmente de nuestro cónyuge. ¡En lugar de eso, vamos a presumir el uno del otro!
2.- Permitir que otras personas hablen negativamente de tu cónyuge
Como esposos, debemos ser siempre los primeros en proteger la reputación de cada uno. Aunque, muchas veces, somos parte del problema y no de la solución. Nunca debemos permitir que nadie de nuestra familia, amigos ni nadie más hable de forma negativa sobre nuestra esposa. Si esto sucede frente a nosotros, podemos amablemente decir “Por favor no hables de esa forma de mi esposa/esposo.” Es tan simple como eso.
Si la persona con la que hablamos no nos hace caso, entonces de forma amable nos despedimos y alejamos de ellos. Sentaremos un precedente con nuestras palabras y acciones, y nuestro cónyuge apreciará el saber que siempre estamos cuidando sus espaldas.
3.- Tener secretos entre nosotros
A menos que estemos planificando una fiesta sorpresa para nuestro cónyuge, no debemos mantener nada en secreto entre nosotros.
Cuanto guardamos secretos entre nosotros, limitamos la cantidad de intimidad que podemos experimentar con el otro.
Veamos cada secreto como un ladrillo que estamos colocando en el "muro de los secretos", que construimos entre nuestro cónyuge y nosotros. Algunos ladrillos serán más grandes que otros, pero todos los secretos son bloques con los que construimos ese muro.
No deberían existir barreras entre los esposos. Debemos mantenernos dentro de las mismas líneas que delimitan nuestra vida y ciertamente ese muro de los secretos debería estar fuera de nuestros límites. No debería haber secretos en cuanto a dinero, amigos, textos, correos, cartas, trabajo, temas de salud, viajes, salidas, comidas fuera, etc.
Como esposos, deberíamos CONOCER y ser CONOCIDOS el uno por el otro. Este deseo no puede ser alcanzado si mantenemos secretos
.
4.- Hablar de forma poco amable o gritarnos entre nosotros
El algún momento todos los matrimonios tendrán problemas y podemos tener argumentos a veces. Es bueno que sigamos adelante y hablemos de los desacuerdos que a veces guardamos dentro y dejemos que salgan a la luz para ser resueltos.
De cualquier forma, y déjenme aclarar esto, nunca está bien que hablemos en un tono desagradable, utilizar lenguaje ofensivo, o gritarle y levantar la voz entre esposos. Esto es abusar verbalmente y a pesar de que se diga lo contrario, las palabras SI pueden herirnos.
Es difícil olvidar las cosas llenas de odio que nos han dicho alguna vez. No es como que tengamos una licencia para darle a nuestro cónyuge una reprimenda cada vez que queramos. De hecho, hicimos una promesa de amar a nuestro cónyuge en las buenas y en las malas. Arremeter el uno contra el otro, desde luego que no es amarnos. Debemos siempre hacer nuestro mayor esfuerzo para abordar nuestros desacuerdos conyugales con calma y de forma amorosa tanto como sea posible.
5.- Lastimar físicamente al otro
Esto parece algo muy obvio, pero existen muchas parejas que asisten a consejería que han cruzado esta línea demasiada veces.
Como esposos NUNCA debemos cachetear, golpear, agarrar, empujar, jalonear al otro en una forma que pueda lastimarlo. Esto no debe pasar NUNCA y NUNCA está bien que ocurra. Esto es un comportamiento de abuso físico.  
Como esposos, deberíamos únicamente expresarnos físicamente con caricias y mimos. Estas caricias nunca deben ser forzadas. Si estas experimentando abuso físico en tu matrimonio, por favor busca ayuda inmediatamente, existen muchos recursos y centros de atención donde podrán ayudarte.
Siempre debemos hacer nuestro mayor esfuerzo para mantenernos dentro de los límites de un matrimonio sano. ¡Que Dios los bendiga! 



¿Soltera (o)? Dios tiene un plan para ti


Sin angustias ni temores, Dios tiene un plan para cada uno
Por: Juan Luis Vázquez Díaz
A muchas personas se les hace dolorosa su soledad. Pero el Señor no deja flecos sueltos. «Dios tiene un plan para cada uno», y «todos podemos vivir una vida fecunda», afirma el padre Juan de Dios Larrú, Decano de la sección española del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia:
¿Dios puede llamar a algunos a permanecer solteros?
Existe la vocación al amor. Todos estamos llamados al amor. Evidentemente, esta vocación al amor se declina para cada uno en una modalidad concreta: el matrimonio o la virginidad. En sentido estricto, no hay una vocación a la soltería.
Sin embargo, hay personas que, por circunstancias de la vida, pueden quedar solteras. Entonces nos podemos preguntar: ¿Se puede realizar la vocación al amor en esta coyuntura? Yo pienso que sí, desde luego. Hay muchas formas de vivir la vida que permiten a esas personas realizar su vocación. Porque Dios tiene un plan para cada uno; nadie está aquí por casualidad, y la llamada a amar está en la raíz de nuestra existencia. Toda nuestra vida es una historia de amor entre Dios y nosotros; esto también vale para los solteros. Todos somos hijos, por lo que la experiencia filial es nuestra primera y principal vocación. Los solteros pueden vivir esta llamada al amor desde su filiación.
Pero muchos chicos sí querrían casarse y formar una familia
está claro que el deseo de comunión es universal. Benedicto XVI decía que todo hombre tiene el deseo de una casa, de un hogar. El propio Sínodo habla de un deseo de familia. ¿Qué ocurre? Este deseo hay que concretarlo. Hoy vivimos una gran crisis de la promesa y de la temporalidad. Los jóvenes encuentran gran dificultad para entrar en las relaciones, en los vínculos fuertes y estables. No basta proyectarse en las personas o en relaciones ideales; hay que desmitificar la figura del príncipe azul: no existe, hay personas concretas, con cualidades y defectos. No hay que idealizar a nadie, sino aprender a prometer.
¿Qué decir entonces a una persona que sufre por estar soltera?
Lo primero que les diría es que ya están viviendo su vocación filial. Es comprensible el sufrimiento de aquellos que ven cómo van pasando los años y no concretan la promesa esponsal de su vocación. Dios nos promete a cada uno un amor pleno, al que vamos gradualmente respondiendo, sin angustias ni temores.
Este plan no está preestablecido desde el principio de los tiempos, para que se cumpla sí o sí. No, Dios nos ama primero, y en la trama de la vida se va entretejiendo esa respuesta, en diálogo con el Señor y con los demás. Por eso hay que estar atento, para reconocer Su presencia en las mediaciones humanas y poder realizar la promesa del amor para siempre.
Sobre este tema de la vocación hay dos peligros: el primero es interpretar el amor como una intensa atracción emotiva hacia otra persona; y el segundo es entender la vocación como un oficio, una función que Dios nos encomienda y que debemos cumplir.
¿Pueden tener, en cualquier caso, una vida fecunda?
Por supuesto que sí. La experiencia originaria humana a la que nos ha llamado Dios es la de ser hijos. Desde ella se aspira a ser esposos y ser padres.
La fecundidad es la sobreabundancia de un amor pleno, y ellos también pueden vivir esta plenitud. El amor verdadero siempre es fecundo. Una persona soltera puede cuidar a sus padres, a sus abuelos, a sus sobrinos…, o ayudar en la catequesis de la parroquia, o en una ONG como voluntario, ser un gran profesional… Así se puede vivir plenamente el amor filial y tener una vida fecunda muy concreta. Los matrimonios descubren que en la continencia hay también una misteriosa fecundidad; los sacerdotes en el celibato, los religiosos en la virginidad. La fecundidad tiene su origen en el Espíritu Santo y encuentra en el misterio doloroso de la Cruz y en el glorioso de la Resurrección su fuente primera.
Sin embargo, Jesús nos dice Pidan y se les Dara… Mt 7, Así que si lo deseas en tu corazon no dudes en orar y pedir al señor que envíe a tu vida esa persona ese compañero a de vida.
Oración para aquellos que buscan un cónyuge
Amado Padre, Tú sabes que el deseo más profundo de mi corazón es conocer a alguien con quien pueda compartir mi vida.
Confío en el plan amoroso que me has designado y pido poder conocer pronto a la persona que Tú tienes preparada para mí.
A través del poder de tu Espíritu Santo, abre mi corazón y mi mente para poder reconocer a mi alma gemela
Remueve todos los obstáculos que puedan estar en el camino de este feliz encuentro, de modo que yo pueda encontrar un nuevo sentido de plenitud, alegría y paz. 
Dame la gracia también, para saber y aceptar, si Tú tienes otro plan para mi vida.
Entrego mi pasado, mi presente y mi futuro al misericordioso corazón de tu hijo, Jesús, confiando de que mi oración será escuchada y respondida.
Amén
Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en ti.

San Valentín, ruega por mí.
Se sugiere que esta oración sea realizada diariamente por 9 días, constituyendo lo que es llamado en la tradición católica, una Novena. Una novena es ofrecida para obtener gracias especiales, para pedir favores especiales, o para hacer peticiones especiales a Dios.